2 FRANCOS, 40 PESETAS. Del Contador de cuentos emigrantes.

13/05/2014 Más

 

2 FRANCOS, 40 PESETAS

La gallega Isabel Blanco, en el personaje de Hanna // Latido Films

Clicar aquí para ver la invitación que hace la  actriz gallega-suiza Isabel Blanco (Hanna), en exclusiva para las MCLE. 

 

 

 

 

 

 

 

 

TURISMO CINEMATOGRÁFICO… Turismo cinematográfico, turismo inducido a través del cine poniendo en valor localizaciones de filmes célebres, considerado una tipología del turismo cultural, experiencia que ha sido posible el fin de semana del 23 al 24 de agosto de 2014, gracias a la conexión del Director  de cine Carlos IglesiasDennis Claes al frente del equipo del Hotel Sternen yToggenburg Tourismos al ofertarnos un fin de semana de cine en tierras helvéticas, y posiblemente el primer proyecto de este tipo en Suiza. Acceder al artículo completo editado por: Asociación de Alumnos y Antiguos Alumnos del Centro Asociado de la UNED de Berna

VER TRAILER «2 Francos…»

WEB EN ESPAÑOL   WEB EN SUIZA (Alemán)         

El contador de cuentos emigrantes.

El ser humano se ha visto desde siempre, y por muy diversos motivos, en la necesidad de salir de su tierra. Se trata de una situación que, siendo lastimosa y profundamente triste en muchas ocasiones, con sabiduría ha procurado convertirla en oportunidad. Esta experiencia, la de la emigración, ha marcado de tal modo a Carlos Iglesias, que en toda su obra como director dibuja y comparte las experiencias más profundas que viven los emigrantes en su particular itinerancia.

Con honestidad y buscando la verdad profunda del hombre, la del Homo Viator que siempre se encuentra en camino y conquistando un nuevo finis terrae desconocido, Carlos Iglesias comparte su experiencia migratoria. Aquella que inició siendo solo un niño y que ya nunca le abandonará. De esa rica experiencia surge la necesidad de vivir con una perspectiva intercultural, la misma que le empuja a tender puentes entre ideologías y bandos enfrentados, tal y como queda reflejado en su película “Ispansi”. Película injustamente silenciada,  a pesar de que su director, y a través de ella, ha procurado ser justo con la historia. Carlos Iglesias, el actor cómico, el guionista agudo, y el director artesanal, reflexiona en sus obras de cine sobre las experiencias que vivió en primera persona como niño emigrante, hijo orgulloso de un emigrante mecánico fresador.

En su corazón late desde muy pequeño un Contador de cuentos relacionados con la emigración. Por eso su obra como director de cine habla del exilio y la separación, de la “morriña” y la “saudade“, del camino que va desde la pluriculturalidad hasta la interculturalidad, de los viajes y los reencuentros, de la construcción de un mundo que sepa superar las diversidades y aprenda a construir puentes que acerquen a los diferentes.  Reflexiona a través de sus personajes, y lo hace en voz alta o a través de calculados gestos, pero con frecuencia lo hace sobre la necesidad que tenemos de empatizar y convivir. Sobre todo: reflexiona. Y motiva a hacerlo inventando escenas tan inesperadas como sugerentes, o simplemente enseñando relajantes paisajes llenos de vida.

La misma vida que contagia en sus entrevistas, en las que siempre aprovecha para enviar un mensaje de esperanza con una convencida actitud de confianza en el futuro. Carlos plantea el debate sobre lo esperpéntico que es tener que emigrar del propio país, alejarse de la propia tierra, abandonar la propia gente… para vivir con un poco más de dignidad. Su obra nace de la necesidad de contar una historia que no podemos olvidar, aquella que nos recuerda que también nosotros hemos sido emigrantes. Porque le gusta ir al fondo de las cosas, le preocupa que las nuevas generaciones estén poco enteradas de esta realidad, y que incluso (ignorantes de ésta) sean reticentes a acoger al extranjero como un propio.

Es Carlos, de porte natural y trato tan amable como sencillo, de corazón cosmopolita y de mirada intuitiva. Es un guionista sagaz e inteligente que hace saltar a sus personajes de crisis en crisis, con el objetivo (tan humano) de encontrar un lugar que les ofrezca un porvenir mejor. Este compromiso social lo empuja a arriesgar, (sobre todo) lo propio, lo suyo, lo que con tanto trabajo y esfuerzo ha construido. Y lo hace convencido de que el mensaje, merece la pena.

El de cómico, (que recordemos es una vocación no aparcada en él), es uno de los oficios más serios, (aunque solo sea porque el arte de hacer reír, [especialmente en tiempos difíciles]), exige mucho trabajo y dedicación. Pertenece Carlos a la familia de los hacedores de ilusión, de los bohemios, trobadores, artistas, soñadores y evocadores de sentimientos, que tanto provocan una honda reflexión, como una firme denuncia social, o simplemente entretienen y evaden de un mundo necesitado de cambios. Los cómicos son como pinceles que dibujan en el aire que respiramos, luminosas imágenes de colores que nos llenan de cálida paz y armonía, porque ya se sabe que la risa cura los males del alma. Esto de hacer reír, quizá, y solo quizá, lo haga Carlos Iglesias así de bien porque, y paradójicamente, ha conocido el sufrimiento, y el desarraigo, y la humildad… y ha aprendido a ir poniendo buena cara (y no poco esfuerzo) a cada situación difícil (quizá, y solo quizá, ya desde niño).

En medio del gran reto que tiene el mundo global de gestionar el fenómeno migratorio, Iglesias está ayudando con su cine a construir la memoria o historia de la emigración española en su Suiza del alma. (Y si sigue contándola, se aventura que en próximas entregas llegará también a contar la latina en Europa). Se ha impuesto como tarea ayudar al pueblo emigrante a reconciliarse consigo mismo, a autoexplicarse, o simplemente a ayudarle a reírse de su irónica tragedia itinerante. Lo que, además de oportuno, es muy sano. Porque las risas desahogan de la mordedura amarga de la dura realidad tan llena de frustraciones como de ilusiones imposibles. Carlos ayuda a los emigrantes a  reconciliarse con su historia, para que vuelvan con la autoestima alta y con el «petate» lleno de expiencias; para que compartan y contagien a una sociedad tan necesitada, la frescura que aportan las culturas lejanas, tan llenas éstas de respeto valores democráticos, (como de ordenadas costumbres casi obsesivas).

Su corazón está dividido entre dos mundos: el idealizado de su infancia suiza, y el de su España sumida en la tristeza de otra nueva crisis. A esta última desea ayudarla a golpe de risas y, quizá sin calcularlo, la ayuda también con sus películas a asumir una nueva identidad: la de tierra multiétnica y colorista, necesitada (como el resto del mundo globalizado), de reinventarse para aprender a afrontar el reto de la convivencia a base de roce y entendimiento. Vivir entre esos dos mundos, (el de su ensoñada Suiza y el de la España de la que escapa cuando le dejan), le inspira un sano equilibrio que a todos regala. Porque ya nos ha dado una tragicomedia en época de bonanza, y se ha inventado una serenante comedia en medio de la crisis.

Muchos emigrantes de primera, segunda, tercera o incluso cuarta generación, se ven reflejados en sus historias. Unas historias que les remueven por dentro hasta el punto de provocar la siempre necesitada reflexión sobre la propia vida, el propio destino. Y cómo no, también sobre los orígenes y las raíces. Sus personajes, que están interpretados por un conglomerado de actores nóveles y experimentados, van y vienen de crisis en crisis. Desde la última que ha fotografiado en “2 Francos, 40 pesetas” (la del setenta y tres, la del petróleo), ya han pasado algunas décadas con sus propias crisis. Crisis o cambios y transformaciones ideológicas, políticas, sociales, religiosas, económicas… por lo que esperamos volver a ver a esos personajes, que van «de crisis en crisis», reproduciendo nuevos paisajes de la emigración.

Probablemente, y si el Contador de cuentos emigrantes sigue escribiendo la historia de la emigración en Suiza, ya los veremos organizándose en grupos, sociedades y círculos en los que socializar y compartir “morriñas“; O bien acudiendo a las asociaciones culturalessindicales o políticas, para conquistar unos derechos hoy cuestionados; O disfrutando de los grupos folclóricos, gastronómicos y casas regionales, que les llevan músicas y danzas, olores y sabores y hasta pedazos de la tierra añorada; O acudiendo en horario nocturno a la escuela para sacar el graduado, y así crecer en autoestima. Incluso puede que lleguemos a ver a los personajes más pequeños aprendiendo la lengua de Cervantes en las Escuelas Españolas, enriqueciendo así un currículum que les abrirá puertas. O puede que alguno de ellos participe en las actividades de las Misiones religiosas atendidas en la propia lengua, y desde su misma identidad cultural y en la que pueda descansar su espíritu peregrino.

Es probable que, si el viaje de la historia de la emigración emprendido por el cineasta, se detiene en nuevas estaciones, podamos contemplar la fotografía de un ir y venir de diversas culturas y nacionalidades, que intermitentemente se sustituyen en las calles de los países de acogida. Tal y como ha ido sucediendo con el evolucionado y cambiante perfil de emigrante de habla hispana en Suiza, que ha ido alternando: españoles por latinos, y éstos por aquellos, hasta (casi) mezclarlos.

Quién sabe si, escena a escena, película a película,  a base de entregas períodicas, resucite en él la idea que le sobrevoló al inicio, de hacer una “serie”. Una serie que posibilite conocer, e incluso estudiar, el fenómeno migratorio a través de guías didácticas o materiales para desarrollar cine-fórum. Actividad ésta, muy sugerente para desentrañar el inmenso número de temas que el sutil director de cine nos regala en su obra. Porque en un contexto de globalización de mercancías, negocios y capitales, pero no de derechos y oportunidades para las personas, y donde las barreras y las fronteras, (ideológicas y culturales, más que tecnológicas y de recursos), impiden el bien común universal, muchos son los temas que plantea el director relacionados con ese contexto de globalización. Temas que él aborda quitándole el hierro suficiente como para que la seriedad, y en ocasiones la dureza de los mismos, no impida enfrentarse a ellos.

Y le quita hierro con la tragicomedia o la comedia pura. Porque una escena que dibuje la dura realidad emigrante, no deja de ser dura por preceder o por venir a continuación de otra cómica o llena de ironía (que no sarcasmo). Una dureza que queda mitigada con el genial recurso que roza la retranca gallega, y que ayuda a integrar aquello que necesitaría de varias sesiones de terapia. El cómico, y Carlos a pesar de ser guionista y hasta director de cine, nunca ha dejado de serlo, tiene la gran satisfacción de saber que con su obra, cura los males del alma.

Quién sabe si, para escribir sus próximos guiones echará mano de la multitud de experiencias que llegan a su buzón… y con ellas, irá dibujando el perfil de sus nuevos personajes. Quién sabe si los guiones de sus próximos capítulos de esta nuestra historia de exilio e itinerancia, podrán ser continuados a través de las redes sociales, sugiriéndole el público nuevas escenas, contextos y decorados. Las mismas redes sociales en las que los nuevos emigrantes se buscan y se encuentran para formularse preguntas y regalarse respuestas. Y de ese modo, (y aparcando la grotesca competitividad reinante en el mundo laboral [ahora también en la añorada Suiza de Carlos]), ellos mismos se van ayudando a encontrar trabajo, habitaciones en pisos compartidos, seguros médicos más económicos, plataformas y grupos de encuentro para mitigar “morriñas” en horas muertas… Porque las instituciones, en ocasiones (e incluso en las que les hablamos en su propia lengua), solo los derivan de mostrador en mostrador, pudiendo llegar a creer ellos que, etapa tras etapa, se han perdido en medio de un camino de peregrinación.

Es posible que Carlos de el salto de contarnos la historia de la emigración de su padre, (a quien ha homenajeado con “Un Franco, 14 pesetas”), y tras narrar la suya propia en esta última entrega, nos vaya contando nuevas historias. Puede que ya no contextualizados en tan idílicos como reales pueblos enmarcados a modo de postal, sino también en las calles de las ordenadas ciudades que salpican el pequeño país helvético. Quizá nos relate nuevos dramas de individuos que, a la desesperada y llevados por el impulso de la necesidad, se aventuren “a lo que salga”. Y hasta puede que alguno de éstos, (y jugando el guionista una vez más con la riqueza que aportan los contrastes), cruce su buscona vida con la de otro personaje, con quien comparta procedencia y destino, pero de quien le distancia un amplio currículum con el que intenta poner en valor, (y para beneficio del país de acogida), el ingente esfuerzo formativo que hizo con él, el país del que salió por falta de oportunidades.

En fin, en palabras del mismo director: “materia hay”.

Tras la tragicomedia “Un Franco, 14 pesetas”; y después del drama sobre el exilio de niños: “ISPANSI”; nos presenta ahora Iglesias una auténtica comedia, nada grotesca, sino adornada con la gracia y frescura de quien observa el mundo con esperanza e ilusión. Su cine evoca la mirada de quien desea contagiar su capacidad de superación, una capacidad aprendida ya desde niño, un niño emigrante que ahora se asoma, ya crecido, a través de su cine.

El mejor modo de agradecer a Carlos Iglesias que, una vez más, se acordase de la realidad de la emigración, es ir a ver en familia: 2 Francos, 40 pesetas.

® Manuel Rubianes Viqueira.

Director de la MCLE en Kloten-Winterthur

mclekloten@bluewin.ch

contador de cuentos emigrantes 2

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Para conocer los cines que pasaron la película clicar aquí: WEB EN SUIZA

 

“Tenia claro que quería hincarle el diente a la comodeia pura y dura, pero no gruesa y grosera, sino más bien dentro de ese estilo que, durante mucho tiempo, más y mejor nos ha representado, algo que tuviera la gracia, la frescura, el casticismo de nuestro mejor neorrealismo o las comedias de Azcona”. Carlos Iglesias      Únete a Carlos Iglesias en twitter clicando aquí.

NOTAS DEL DIRECTOR:

Desde el exitoso estreno de “ Un Franco,14 pesetas”, película que narra la emigración de mi familia a Suiza en los años sesenta, espectadores de distintos países me han estado pidiendo una segunda parte que contara la evolución de esas vidas tras su desencuentro con su propio país.

Creo que siete años es la medida perfecta, en la ficción y en la realidad, para tener perspectiva y capacidad de análisis sobre la evolución de los personajes y sus circunstancias.

Para mi tercer largometraje, después de la tragicomedia de “ Un Franco..” y el drama “ISPANSI” tendía claro que quería hincarle el diente a la comedia pura y dura, pero no gruesa ni grosera, sino más bien dentro de ese estilo que, durante mucho tiempo, más y mejor nos ha representado, algo que tuviera la gracia, la frescura, el  casticismo de nuestro mejor neorrealismo o las comedias de Azcona, observador detallista de ese mundo tan característico y tan nuestro.

Quería también hacer una comparación en clave de humor de dos mundos, dos mentalidades, dos culturas absolutamente distintas como fueron y siguen siendo la suiza y la española. El conocimiento profundo de las dos y el cariño sincero que por las dos siento, me sitúa en una posición privilegiada para contar con nostalgia, admiración y análisis crítico, cómo fuimos nosotros, cómo eran ellos,  y de qué manera al cabo del tiempo, hemos llegado a entender que nos complementábamos, casi perfectamente.

Para aquellos que no conozcan la primera, la película tendrá valor en sí misma, sin necesidad de la anterior, encontrando una perfecta lógica en cada una de las situaciones que se narran. Para aquellos que además conozcan ya a los personajes por haber visto la anterior, tendrán la posibilidad de saborear con especial gusto y deleite los conflictos y situaciones que se muestran en ella.

Hay que decir, aunque esta afirmación sorprenda a muchos, que gran parte de lo que en ella se cuenta, fue verdad, le ocurrió a gente que todavía vive y por los que siento un especial cariño. Mi deseo es que los espectadores disfruten viéndola, tanto como yo escribiéndola.

 CARLOS IGLESIAS

Críticas a «2 Francos, 40 pesetas»: (Remítenos las críticas que encuentres. Gracias)

Alba Zarzuela Lucea

Óscar M.

Susana Peral

Clicar para conocer la PRIMERA PARTE: 1 Franco, 14 pesetas.

Trailer

Trailer .

Trailer..

Trailer de un Franco y 14 pesetas

Coloquio sobre la película un Franco y 14 pesetas.

Un Franco,14 pesetas

Esquema

 

 

 

Entrevistas al director de la película:

Entrevista a Carlos Iglesias sobre 2 francos.

Encuentro con los medios en el café Gijón de Madrid.

Entrtevista con trailer

Trailer 2

 Hay que ser un Quijote para hacer cine…

Entrevista Isabel Blanco

Entrevista en .es

 Entrevista Zoco

 

 

Algunos papeles de cómico:

Su personaje más conocido quizá sea Benito. Surge de la mirada de niño que fue, retornado de la emigración Suiza, en la que había conocido la profesionalidad y la precisión suizas… lo que contrastaba con los muchos «chapucillas» que veía por la España de su adolescencia, cuando acompañaba a su padre, que fue un obrero sencillo de quien aprendió el arte de caminar por el mundo, con mucha dignidad. Algunas escenas de aquel entrañable personaje:

 Manos a la oobbrraa

Manos a la obra

Manos a la obra!

Manos a la obra!!

Los cómicos son como pinceles, que dibujan en el aire que respiramos, imágenes y colores que nos llenan de armonía, luz y esperanza. Ser cómico es uno de los oficios más serios, porque el arte de hacer reír, (especialmente en tiempos difíciles), exige mucho trabajo y cura los males del alma.    Clicar para acceder a un artículo sobre lo metafísico de lo bello.

Carlos en un simpático homenaje a Gila:

 De Gila

ESTUDIOS SOBRE LA PELÍCULA:

Sobre «Un Franco…»:

La inmigración en clave de comedia. Pág. 49-55

WEB-GRAFÍA pág. 12

Cinefórum de las emociones.

 

Sobre «2 Francos…»:

 

Otros  estudios sobre cine y emigración:

Cine y migraciones

Imaginarios sociales del cine español de migraciones. Un trabajo con interesante bibliografía al final.

Cine e inmigración: espacios de inclusión y exclusión. interesante bibliografía

La migración latinoamericana actual en el cine mexicano y argentino  

La perspectiva de género en el estudio de la representación de la inmigración en el cine español contemporáneo. El caso de ‘Princesas’. Sobre la mujer emigrante.

 

 

Material didáctico (Soble las películas de Carlos Iglesias). Clicar a quí para acceder a material didáctico sobre otras películas y el cine en general.

Un Franco, 14 pesetas:

Guía de estudio

-Un índice

Propuesta de cineforum

2 FRANCOS, 40 PESETAS:



  
IR A LA PÁGINA DE INICIO DE LA MISIÓN EN KLOTEN-WINTERTHUR

Category: Actividades

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